Los propios jugadores y socios tenían que pintar las líneas del campo y llevar las porterías para clavarlas en el suelo. En ese partido realizó una de las jugadas más destacadas del encuentro al despejar el balón en la línea de gol. En la Copa del Rey, el Atlético se clasificó para jugar la final el 17 de mayo de 2013 en el Santiago Bernabéu frente al eterno rival, el Real Madrid.