En el choque de ida, el 9 de abril de 1933, se produjo un empate a dos goles en el campo del rival. Se mantuvo así, hasta que apareciese en el club un joven Ricardo Zamora procedente del Universitary Sport Club, resultante de una fusión de dos clubes de estudiantes de Medicina y Ciencias. Portugal, donde en la tanda de penaltis que decidiría el encuentro, sorprendió al portero rival con un lanzamiento «estilo Panenka».