Los colores y los diseños a menudo cambiaban drásticamente entre cada partido, siendo un ejemplo Bolton Wanderers F. C., club que usó camisetas rosadas en algunos y blancas con puntos rojos en otros en el lapso de un año. Esta práctica se volvió problemática, por lo que en un manual del juego de 1867 se sugirió que los equipos deberían intentar «siempre que pueda ser arreglado con anterioridad, que uno de ellos lleve jerséis rayados de un color, por ejemplo rojo, y el otro, por ejemplo, azul.