En la temporada 1957/58, el equipo comenzó con muy malos resultados coincidiendo con la gran riada de Valencia, que dejó el campo de Vallejo inservible, teniendo que jugarse los partidos correspondientes a la primera vuelta lejos de él. Para finalizar con las deudas del club, la directiva decidió vender el ya antiguo estadio de Vallejo y comprar unos terrenos en el barrio de Orriols, donde se construyó un nuevo estadio, el actual Ciudad de Valencia, con el nombre de Antonio Román, presidente del club, que sería inaugurado el 1969. Mientras se construía el estadio, el Levante jugó sus partidos en el campo de Mestalla, propiedad del vecino Valencia CF.