Tras la marcha de Pedro Villarroel y de Julio Romero del club dejándolo con más de 80 millones de euros de deuda, Jesús Serna, en representación de un grupo inversor, accedió a la compra de las acciones y a la presidencia del club, aunque su estancia en el mismo fue infructífera y efímera. Muy atento el portero azulón par acompañar el disparo del murciano que se marcha fuera. Juan de Zavala, vicepresidente.